Por: Enrique Fernández de Frutos.-
Las Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación (NTIC) están afectando ya a todos los ámbitos de la sociedad moderna tal y como se conoce actualmente. Este constante avance de la digitalización en la sociedad moderna genera vínculos directos con las estructuras políticas de todos los países, así como la profundización de las democracias. Si la información fluye libremente sin control alguno (por el momento) gracias a las nuevas tecnologías y al uso de ellas, la sociedad humana comienza a observar como en un futuro no tan lejano es muy posible que dicha sociedad sea regida por una Democracia Digital.
DEMOCRACIA DIGITAL
En el ámbito político la estrecha relación de los nuevos movimientos sociales con las Tecnologías de la Información y la Comunicación (ciberactivismo, clickactivismo, hacktivismo) ha generado fuertes influencias de las nuevas tecnologías en la democracia. Esta democracia denominada democracia digital se caracteriza por poner la tecnología al servicio de la ciudadanía de manera colectiva con el objetivo claro de lograr una mayor consolidación del propio sistema democrático. Asimismo, una democracia digital debe de cumplir una serie de requisitos para que sea considerada como tal:
Es necesario disponer de un Estado el cual garantice elementos considerados intrínsecos para un sistema democrático como son el sufragio universal, la división de poderes, la representación ciudadana a partir de partidos políticos que cumplan con los valores y obligaciones nacidas de la moralidad de la ciudadanía a la que representan, el respeto y la protección a los derechos humanos y salvaguardar la libertad de expresión entre otros aspectos que son la esencia de la democracia.
En aquellos casos donde estos elementos ya conviven en se pasará a analizar el nivel de las políticas públicas en términos de transparencia, políticas medio ambientales, innovación, acceso a la información pública y competitividad.
El progreso y crecimiento de una sociedad democrática está directamente relacionado con la prosperidad que proporcione el sistema económico en el que se encuentra inmersa. La prosperidad de la economía es fundamental para la funcionalidad de un Estado el cual es garante además de un sistema democrático y de un sistema del bienestar ciudadano. Asimismo, las nuevas tecnologías parten de una clara base de consumo desde el siglo XX y el crecimiento económico genera nuevos patrones en los hábitos de consumo y en el comportamiento de la ciudadanía.
En la actualidad, un Estado comprometido con la democracia digital deberá de apostar por políticas públicas orientadas a una clara masificación de las telecomunicaciones y un mayor acceso a Internet por parte de todos los agentes de la sociedad. Los gobiernos comprometidos con la causa digital implementan diversos planes de acción a través de la coordinación del sector privado y el público para proporcionar servicios tecnológicos de alta calidad y acceso a las redes a la mayor parte de la ciudadanía y en el mayor porcentaje del territorio nacional. Los gobiernos además pueden coordinarse con otros gobiernos para proporcionar un mayor número de servicios y accesos tecnológicos como es el reciente caso de la eliminación del “roaming” en todos los territorios geográficos pertenecientes a la Unión Europea.
Las Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación (NTIC) deben de estar fomentadas por todos los Estados que promocionen la digitalización de sus respectivos sistemas democráticos. Asimismo, en cualquier sociedad moderna la demanda de cualquier dispositivo electrónico es mayor y necesaria. Respecto a la oferta, el mercado ofrece una mayor diversidad de aparatos tecnológicos, los cuales son muy a menudo a un coste baje debido a la alta competencia en el mercado. Estas condiciones promocionan a los ciudadanos a cambiar de dispositivos electrónicos con cierta frecuencia y dentro de esos dispositivos, de las aplicaciones que vienen en los sistemas como son el caso de las Apps o aplicaciones informáticas.
Las Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación, así como los nuevos sistemas de plataformas digitales están generando nuevas formas de interacción entre la ciudadanía consigo misma y con sus modelos de representación: se genera un nuevo tipo de democracia directa. En una democracia digital es necesario la promoción de una ciudadanía 2.0 la cual permite a los ciudadanos manifestarse, expresarse, movilizarse e involucrarse en los asuntos públicos. Los ciudadanos hoy son más partícipes del sistema político al fomentar la colaboración con los agentes públicos a través del diseño y formulación de propuestas o proyectos en conjunto (gobierno abierto).
Este elemento es fundamental puesto que se produce un empoderamiento en términos reales de la ciudadanía al proporcionarle un mayor asunto en los asuntos políticos y públicos con un avance en la calidad del sistema democrático.
En este contexto, el auge de las nuevas herramientas de comunicación digital y de las plataformas abiertas y colaborativas puede inspirar soluciones creativas y complementarias para mejorar las capacidades y el rendimiento de la democracia representativa, enriqueciéndola con una fuente mayor de legitimidad. A pesar de esto, cabe subrayar que actualmente no se persigue establecer con la democracia digital un sistema democrático alternativo, sino promover, garantizar y mejorar la transparencia, la rendición de cuentas, su capacidad de respuesta, la participación, la deliberación, la inclusión, la accesibilidad, la subsidiariedad y la cohesión social en todos aquellos sistemas democráticos cuyos Estados abracen el avance digital.
En relación con este último punto existen tres conceptos a tener en cuenta en una democracia digital en activo funcionamiento:
CIUDADANOS DIGITALES EN EL SIGLO XXI
El siglo XXI se caracteriza por los avances en las NTICs y la revolución digital. La generación de cambios tecnológicos en nuestra sociedad implica la generación de nuevos escenarios y situaciones cuyo foco se sitúa en aquellos agentes que forman parte de dicha sociedad y, en especial, de la ciudadanía. La tecnología evoluciona y por ende presenta desafíos que deben ser enfrentados de la manera que demanda el nuevo entorno tecnológico y digital: con rapidez, contundencia, eficiencia y responsabilidad.
Ante este tipo de respuesta es la ciudadanía la cual ha sabido adaptarse a un entorno tecnológico dotado de un constante dinamismo. Esta ciudadanía denominada como “ciudadanía 2.0.” emplea las nuevas tecnologías y el acceso a Internet y a las plataformas digitales para participar, colaborar e intervenir en los asuntos públicos mediante un espíritu activo y crítico.
El ciudadano 2.0. puede disfrutar de una mayor participación en los diversos estamentos de la sociedad, promocionándose a sí mismo como un agente real con un poder y una responsabilidad que trasciende. El ciudadano 2.0 puede tener injerencia en cualquier decisión que se tome en la esfera pública. Asimismo, a través de la acción de la ciudadanía de manera colectiva, manifestando abiertamente su opinión y proponiendo nuevas formas de resolución en la esfera política y pública, puede lograr cambios en las políticas y decisiones públicas.
Las nuevas tecnologías están siendo un cambio progresivo y disruptivo en la nueva sociedad digital, en donde impera la información y el conocimiento. El ciudadano 2.0 que sea activo y partícipe de la democracia digital logrará, entre otros aspectos, un claro empoderamiento, un mayor nivel de información acerca de lo que ocurre en su entorno, su participación en los asuntos públicos, un mayor civismo, una mayor organización desde la sociedad civil y un mayor emprendimiento en la formación de nuevas agrupaciones políticas. En definitiva, logrará una clara contribución en mejorar la calidad de la democracia.
AUTORIDADES 2.0.
En la actualidad la clase política está en proceso de adaptación respecto del uso del Internet y de las nuevas tecnologías además de estar en un proceso de aprendizaje acerca de los beneficios de las nuevas tecnologías en los futuros proyectos de colaboración con la ciudadanía. No se puede negar que aún hay políticos y partidos políticos que se resisten al cambio y no son capaces de avanzar al mismo ritmo que la tecnología, pero esta situación cambiará en un futuro cercano de manera paulatina. Asimismo, en la administración pública se requieren de nuevos liderazgos capaces de entender las dimensiones de la nueva era digital en la que la sociedad se encuentra inmersa.
Los políticos, las autoridades, el Parlamento, el Ejecutivo, en conjunto con la ciudadanía deben trabajar juntos con miras a fortalecer el Estado de Derecho mediante el uso de las plataformas digitales en aras de la transparencia, el acceso a la información pública, la rendición de cuentas y la participación ciudadana. Cabe manifestar que en el marco de la democracia digital, el vínculo entre el político con la tecnología puede ser muy estrecho y permite un amplio abanico de acciones en conjunto, que se da a distintos niveles y etapas: es decir, desde el desempeño en las campañas políticas electorales, en la co-creación con la ciudadanía para propuestas y planes de gobierno, en la construcción de una agenda digital para el país, en la interacción del día a día a través de las redes sociales, entre muchos otros aspectos.
Teniendo en cuenta que a día de hoy la ciudadanía es más activa, crítica e informada (formando parte de esa ciudadanía 2.0) con un mayor acceso a Internet y a las NTICs, es recomendable enumerar algunas de las prácticas que los políticos deberán de llevar a cabo en el nuevo entorno de la democracia digital:
BENEFICIOS
Los beneficios que ofrecen Internet, las NTICs y las plataformas digitales son múltiples y afectan distintos ámbitos de la sociedad. Es una realidad que Internet ha venido para quedarse, por tanto, hay que saber hacer un uso responsable, eficiente y aprovecharlo de la mejor manera. A continuación, se presentan algunos de los más notables beneficios:
BIBLIOGRAFÍA